La ubicación del núcleo setenileño entre los paredones del tajo hace que con cierta frecuencia las casas se adosen a ellos y, lo que es aún más notable, se extiendan bajo ellos, de forma tal que estos bloques de molasas se convierten en la cubierta de dichas viviendas.La construcción aprovecha las hendiduras rocosas, a modo de cuevas, cerrándolas con la obra de algún cuerpo exterior, o, incluso, con solo una pared que hará de fachada.
Sin ser exactamente viviendas trogloditas, es decir, cuevas naturales ocupadas por familias, estas casas presentan unas características cercanas a ellas añadiendo a la roca natural una construcción. Son, por tanto, en parte cuevas y en parte casas, algunas con varias plantas y buscando un cierto adelantamiento del nivel de fachadas respecto de la pendiente para construir algún hueco de extracción de humos y aireación.
La foto que vemos a continuación es de 1980, en ella podemos ver un grupo de casas bajo la roca, una de las muchas constante del paisaje urbano de Setenil.
Estas casas-cuevas ( semitrogloditas) aparecen en varias zonas de Setenil, pero especialmente se concentran en el nivel de las calles más bajas, aquéllas que entran en contacto con el río y a una y otra parte del mismo.
Calle Jabonería, casas-cuevas a los pies del Guadalporcún. Foto de 1960.
Finalmente unas de las cosas más singulares de estas bonitas casas son sus notables características de seguridad y de confortabilidad que las hace bastante templadas en invierno con sólo tener el hogar encendido, mientras que en verano son bastante frescas.
FOTOS DE DIFERENTES BARRIOS DE SETENIL DONDE ABUNDAN LAS CASAS-CUEVAS.
Rafael Domínguez Cedeño.
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