martes, 19 de junio de 2012

BAILO.

 MITAD DE BAILO.
Hola amigos/as, en esta entrada hablare de otra increíble y bonita ciudad de la vieja Hispania, la denominada Bailo.
  La ciudad de Baelo es citada en varias ocasiones por los autores clásicos ; P. Mela la llama propiamente Baelo, aparece como Belon en Strabon, como Bailon en Ptolomeo y Plinio la cita como Baelo y Baelo Claudia. Su localización es Bolonia.
  Es muy poco lo que se conoce de la primera Baelo, la republicana, incluso los sondeos reiterados en zonas donde se presumía hubiera restos han dado resultados infructuosos. Este hecho ha llevado a algunos autores a apuntar que quizás la Baelo republicana se localizara en  otro lugar, probablemente en las colinas cercanas (Garcia Bellido, 1992). La escasez de moneda autóctona encontrada en las excavaciones (cuatro piezas) abundaría en esta hipótesis (Chaves, F. 1987). De lo que no cabe duda es que a finales del siglo II a.C. existe en la zona una industria de salazón de pescado.
Con Vespasiano (69-79 d.C.) culmina un proceso de fomento de los núcleos autóctonos de población a la categoría de Municipio. Con él se concede la categoría de latinos a los habitantes de todas las provincias hispánicas. El decreto de Vespasiano estimula en gran medida la proliferación de ciudades romanas.
Una de estas ciudades fue Baelo, que pasó a ser municipio bajo el mandato de Claudio (41-54 d.C.). Se derribaron los viejos edificios y se reconstruyó el centro de la ciudad, que hoy puede contemplarse en toda su grandeza gracias a las distintas campañas de excavaciones.
El núcleo urbano de Baelo, es sofisticado aunque de inspiración claramente norteafricana, cosa lógica debido a los intensos contactos culturales entre los habitantes del sur de la Bética y los de la costa Norteafricana. De hecho era el punto más aconsejable para viajar a Tingis (Tánger) en la orilla africana. Se comunicaba con Baesippo a través del Cabo de Torreplata y hacia el este con Mellaria, situada en la desembocadura del río del Valle.
La economía de Baelo se basaba indiscutiblemente en el pescado y las industrias con él relacionadas. Como ya se ha comentado, las almadrabas y la industria de salazón formarían el núcleo primitivo de Baelo. Posteriormente la urbe se desarrollaría alrededor de estas industrias; esto sucederá en el período púnico. Una industria como la mencionada requiere gran cantidad de agua dulce, agua que era suministrada por un acueducto subterráneo que desembocan en la parte de la ciudad. La industria del salazón conlleva la aparición de otras industrias complementarias como la explotación de la sal, construcción naval y elaboración de redes. La capacidad de los depósitos de salazón de Baelo llegó a alcanzar los mil quinientos metros cúbicos.
   De la densidad de población de Baelo hablan las dos necrópolis existentes, de las cuales sólo se ha excavado una. Se ha constatado la permanencia de ritos funerarios tardocartagineses ( neopúnicos). Se usó la incineración, conservándose las cenizas en urnas elaboradas con diversos materiales. Es digno de mencionar la existencia de betilos con apariencia de cabezas humanas.
  Como hecho histórico notable acaecido en Baelo, hemos de citar obligadamente el desembarco de Sertorio al mando de un ejército de 3.300 hombres en la primavera del 80 a. C. Este fue un hecho importante en el desarrollo de la Guerra Civil en la que el escenario Hispano cobraría gran importancia ( García Mora, F. 1991).
   Durante el siglo II d. C. se interrumpen los proyectos urbanísticos en Baelo y se abandonarán los edificios públicos entre los siglos II y III d. C. A partir de ahora se construyen edificios de baja calidad. El decumanus se dejó cubrir de sedimentos y se abandona el teatro, utilizándose como vertedero de escombros y posteriormente como cementerio. Hacia el 270 d. C. la ciudad es destruida por la segunda invasión germana.
 Fuente consultada:  vol. I Conventus Gaditanus de Jose A. Saez Bolano y Jose M. Blanco Villero.( Las monedas de la Betica Romana).

      BAELO CLAUDIA. PEDANÍA TARIFEÑA DE BOLONIA A 22 KM AL NOROESTE DE LA CIUDAD DE TARIFA.



SALUDOS.
Rafael Domínguez Cedeño.

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